martes, 4 de septiembre de 2012

El árbol que quería ser signo

El nombre rosa añora ser rosa,
y vivir más allá del signo.

Por su parte, 
la rosa solo piensa renacer,
una y otra vez, 
como solo un signo puede.

Antes de morir, 
la rosa invocará su propio nombre
(rosa) para que la salve. 
Su nombre (rosa), responderá
con la rigidez de un molde, 
o la vibración de una palabra.

Mala espina, 
reconocerse en un espejo sin poder tocarse:
El nombre rosa que quiere vivir,
y la rosa que no quiere morir.
Henriuck


Historia contada por la imagen de un árbol:

Soy un arbol, estoy muy solo. Cuando llueve, lloro.

Dicen que he sido pintado a toda prisa en papel basto y áspero para que el maestro narrador tenga tras él la imagen de un árbol. Eso es cierto.

La razón fundamental de mi soledad es que ni siquiera yo sé de qué historia formo parte. Iba a ser parte de una, pero me caí de ella como una hoja.



Un gran maestro franco y otro gran pintor iban paseando por un prado en la tierra de los francos hablando de arte y pintura. De repente se encontraron un bosque. El que era mejor pintor le dijo al otro: Pintar según las nuevas formas requiere tanta habilidad que si reproduces uno de los árboles de este bosque cualquier curioso que viera la pintura y luego viniera hasta aquí debería poder diferenciar ese árbol de los otros si quisiera




 Yo, esta pobre imagen de árbol que ven, le doy gracias a Dios por no haber sido pintado con semejante intención.

Y no porque tema que de haber sido pintado a la manera de los francos todos los perros de Estambul me habrían tomado por un árbol auténtico y se me habrían meado encima. Sino porque yo no quiero ser un árbol, sino su significado.


 Extracto de "Soy un árbol", cap. 10 de Me llamo rojo de Orhan Pamuk

1 comentario:

  1. Voy a evitar hacer algún comentario en clave "significado-significante" porque no se una goma de semiótica y me voy a embarullar, pero el post me gustó.

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